jueves, 27 de marzo de 2008
aprendizaje de la noche que no me quiere
he aprendido a no volver a jugar con los dados, pero si a tomarlos, acariciarlos, sentir sus hendiduras. Echarme en el piso y dejar todas las revistas tiradas a propósito para ver que imagen seguir durante el día. He aprendido a no comprar el pan, a no trabajar con terno, a morir pero morir durmiendo, todo el día. Todo para entender porque la noche no me quiere.
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