la descortesia de una lluvia que cae fina y que rapidamente desmadeja los autos. la ciudad se vuelve en un desierto. en un solo color. no tenemos quién nos lleve a casa.
casa, casa
cogemos la arena y tratamos de hacer un castillito para vivir. la princesa destruye sus barrotes, y prohibe el expendio del color rosado. a partir de ahora se comercializará cosas menos icónicas, no por sabiduria sino por economía.
siempre ha sido, no tienes que llorar, rey. reycito. la casita dura hasta la hora del té. luego todos irán a abrigarse. yo también. y te quedarás solo. salvo que vengas con nosotros.
ven, por favor.
casa.
domingo, 8 de marzo de 2009
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